viernes, 6 de marzo de 2020

Visita de verano. Parte 3



Este estaba siendo un verano memorable para mí. Después de terminar mi segundo año en la universidad había vuelto al pueblo para el verano. Estaba esperando que fuera una estancia aburrido. Sólo yo y mamá en nuestra casa y los abuelos al otro lado del pueblo. Un largo y perezoso verano.

Entonces mi tía Eva vino de visita y follamos como locos. Nunca hubiera imaginado que era tan puta, y me encantó. Todo el mundo debería tener una tía tan ‘’amorosa’’. Yo la utilicé como ella quería que la utilizará y ella a mi por igual. Fue totalmente increíble.

Ella tenía que volver con su hija, mi prima Andrea. Andrea pronto iba a ser parte de un grupo de danza en la ciudad más grande de la capital. Ella era bailarina. Había estado bailando desde que era una niña y ahora a los dieciocho años estaba recibiendo su gran oportunidad de convertirse en lo que siempre había querido ser. Una bailarina profesional. Después de que Eva su fuera, dos o tres semanas después mi tía Marta llegó a visitar a los ancianos y se quedó con nosotros. Y otra vez, me sorprendió y alegró al descubrir que era una puta también. A pesar de que era profesora en un colegio, ellan quería follar y chupar la polla de su sobrino. Mi familia era tan jodidamente genial.


Nada me sorprende ahora. Había estado esperando a mi propia madre entrar en mi habitación una noche y darme una mamada. ¿He dicho que mi madre era una mujer hermosa y sexy? Ella era incluso más bonita que sus dos hermanas. Con el pelo castaño largo que todas las mujeres de la familia tenían. Excepto mi tia Marta y mi prima Andrea. Que tenían el pelo. A Andrea no la había visto desde que cumplió diecisiete años. Habíamos celebrado su cumpleaños aquí, en casa de los abuelos. Mi abuelo todavía no estaba demasiado mal con la enfermedad de Alzheimer que lo estaba atacando. Fue una fiesta feliz. Siempre pensé que Andrea era increíble. Pero ella no mostró ningún interés en mí nunca.

En cualquier caso, mi madre me dijo que Andrea venía a visitar a los ancianos y se quedaría con nosotros en la habitación de invitados. Me llené de alegría imaginando que podría pasar algo entre Andrea y yo.

Pero no tendría esa suerte. Ella era bastante tímida.

Andrea se quedaría durante una semana. Y durante tres días, casi no la vi. Pasó la mayor parte de los días con los abuelos. Incluso cenaba con ellos. Mamá estaba trabajando. Ella y yo cenaríamos juntos cuando llegara a casa. Por lo general, de algún restaurante de comida rápida. Estaba solo en casa durante el día y haciéndome pajas mientras surfeaba navegaba por internet viendo porno.

En la cuarta noche no estaba durmiendo bien. Estaba acostado en la cama, escuchando el crujido del suelo de madera de la casa, cuando oí a alguien pasar delante de la puerta de mi habitación. Tenía que ser Andrea. Me pareció extraño. Me levanté, me puse algo de ropa interior, y me deslicé por la puerta bajando las escaleras para ver qué estaba pasando. Siempre hay una luz de noche en las principales habitaciones de la planta baja en caso de que alguien necesite moverse. Vi a Andrea entrar en el dormitorio principal de mi madre. Pude ver que la habitación estaba iluminada, pero sólo con una lámpara junto a la cama de mi madre.

¿Qué estaba pasando? Me acerqué a la puerta ahora cerrada. Puse mi oreja en la puerta y traté de escuchar lo que estaba pasando. Todo lo que podía oír era cierta risita. Esto era interesante. Quizás Andrea quería simplemente tener una charla con su tía. Podía Ser.

Vivíamos lejos de la parte principal del pueblo en varias hectáreas de terreno. Estábamos aislados y el verano era caliente y húmedo. Me gustaba dormir con la ventana abierta. Y suponía que a mi madre también. E iba a averiguarlo. Cogí unas zapatillas del armario del pasillo y en silencio salí por la puerta de atrás y fui hacia la ventana que daba al cuarto de mi madre.


La ventana estaba abierta, con sus cortinas moviéndose por la brisa, y en la cama grande pude ver a Andrea sentada en el borde, con una lencería fina y sin sujetador. Las piernas largas de bailarina que se curvan bajo su dulce culo. Tenía los pechos pequeños.

Mi madre estaba acostada, vestida con una bata casi transparente. Que no cubría sus piernas largas ni sus curvas. Apenas cubría sus pechos. Podía ver sus pezones duros claramente. Ellas se reían charlando sobre el día que había tenido cada una. Andrea habló de los abuelos, y mamá habló de su jornada de trabajo horrible. Nada raro parecía estar ocurriendo aquí, así que sólo estaba mirando mientras acariciaba mi polla dura que se había puesto así al ver el cuerpo de Andrea y el de mi madre.

Yo estaba un poco aburrido, a punto de irme cuando algo sucedió. Andrea se inclinó y besó a mi madre. Increíble, me dije a mí mismo. Pero el beso no se detuvo y las manos de mamá acariciaban el cabello de Andrea y ella regresaba el beso, con mucha pasión. Pude ver sus lenguas jugueteando y la mano de Andrea entrar por la bata de mamá y empezó a acariciar una teta.

Mi pene estaba ahora duro como el cemento. Yo estaba muy excitado. Estaba masturbándome y acariciando tan rápido como podía. Mamá había despojado la ropa interior del cuerpo sensual de Andrea. La bata de mi madre había desaparecido. Estaban ambas desnudas. Pude ver que ambas tenían los coños totalmente afeitados y mojados por la excitación.

Habían cruzado sus piernas, y se frotando sus coños juntos. Ambas gemían en voz alta y casi que me escapa un gemido a mí. Se acariciaban sus tetas mientras pellizcaban sus pezones.

Pensaban que yo estaba arriba durmiendo, así que no se molestaron en ser silenciosas. Ambas mujeres gemían con lujuria y pasión. Era demasiado para mí. Me corrí contra la pared y casi se derrumbó por la fatiga. Miré por última vez y luego tomé mi camino de regreso a la puerta de casa y al piso de arriba para dormir. Tenía que pensar.

Yo no iba a chantajear a mi prima o mi madre, pero iba a encontrar la manera de entrar en alguno de estos encuentros de sexo incestuosos que se estaban produciendo a mis espaldas.


Por la mañana, ya que los tres estábamos comiendo el desayuno, no pude evitar decir algo.

—Mamá, te ves cansada. ¿Tuviste problemas para dormir?—Dije yo.—Estuve despierto hasta muy tarde. Oí a alguien caminando por la casa. ¿Tu oíste algo?"

Ambas se sonrojaron. Pero mi madre no contestó. Sonreí para mis adentros.

Cenamos esa noche en un agradable silencio. Yo miraba a Andrea y mi madre y con ganas de que llegara el momento del plan que estuve planificando todo el día. Tuve varios escenarios en mente, sólo para asegurarme de que tenía todo cubierto. Mamá era tan hermosa. Y Andrea era adorable y bonita también. Y yo iba a disfrutar de sus cuerpos, estaba decidido.

Tuve mi ducha nocturna, y me fui a la cama. Dije buenas noches a Andrea y me fui a mi habitación. Ella pasó por el pasillo hacia su habitación.

—Te veré en la mañana Andrea.

—Sí, tengo sueño. Buenas noches, primo.

Así que me pasé la siguiente hora acostado en la cama desnudo. No iba a necesitar ropa esta noche. Estuve atento para oír cuando Andrea pasar por delante, en su camino al cuarto con mamá. Sucedió justo a la medianoche. Me levanté y la seguí en silencio mientras bajaba las escaleras y entraba en el cuarto de mamá. Mi polla estaba dura y me fui masturbando mientras caminaba lentamente detrás de ella hasta la puerta. Una vez más quería esperar durante unos minutos. Quería que estén activas cuando entrara en la habitación. Tenía mi oído pegado a la puerta y escuchaba, así que pude oír lo que tuvo que ser un gemido.

Y entré.

Con un vistazo rápido pude ver lo que estaba pasando. Andrea estaba apoyada en la cabecera con las piernas abiertas. Mamá estaba de rodillas ante ella y estaba lamiendo su coño. El culo de mamá estaba en el aire, y pude ver jugos corriendo fuera de su coño por sus muslos.

—Hola mamá, hola prima. ¿Qué hacéis?"

Sarita gritó y se cubrió los pechos. Mi madre se dio la vuelta y luego se sentó y se cubrió los pechos también.

—Sabes mamá…no pasa nada. Ambas deben saber algo. He follado con tía Marta y tía Eva este verano. Las relaciones sexuales entre sí en esta familia no parece ser un gran problema. Miembros de nuestra familia disfrutando entre sí no es tan inusual en esta casa.

Y me reí mientras me masturbaba.

"¿Qué quieres decir hijo? ¿Me estás diciendo que has follado con Eva y Marta? ¿Es una broma?"

—Por favor, mamá, que estabas comiéndote el coño de tu sobrina. No es tan grave. ¿Sabes qué? Debes continuar. Haz que se estremezca. Voy a follarte mamá, así que sigue dándole placer a Andrea que yo te daré placer a ti.



Mi madre se quedó callada.

—Tía… por favor, necesito un poco de amor. Además me confesaste que escuchaste a Marta a mi primo follar la otra noche y te masturbaste oyéndolos.

Le sonreí a mamá, Andrea me sonrió, y mamá volvió y se inclinó a seguir comiéndose el coño de su sobrina. Avancé, deslicé el condón que tenía en mi mano sobre mi polla, y puse la cabeza de mi polla contra los labios del coño de mi madre. La metí en ese coño mojado y mamá soltó un grito de pasión.

Se la metía fuerte y hasta el fondo a mi madre, y ella gemía mientras su lengua lamia el coño de mi prima Andrea. Mi prima empezó a correrse y rozaba con fuerza su coño contra la cara de mi madre. Seguí embistiendo el coño de mamá y, dios, era tan jodidamente bueno. El coño de mi madre era la mejor que había tenido. Mejor que Marta y Eva, pero nunca les diría eso. Me encantaron todas y yo quería seguir follando con todas ellas tanto como lo permitirían.

Andrea gemía gracias a como mamá estaba lamiendo y succionando su clítoris. Yo seguía penetrando a mi madre mientras daba azotes en su culo y miraba la cara y la sonrisa de perversión que me regalaba Andrea.


Estaba a punto de correrme, pero no quería desperdiciar mi semen en un condón. Quería darle de comer a mi prima y verla tragar toda mi leche. Poco a poco retiré mi polla del coño de mi mamá y ella gemía con la pérdida.

—Mamá, quiero que Andrea me chupe la polla. Sé que te va a gustar. Quiero que te sientes en mi cara mientras lo hace. ¿De acuerdo? Vamos a tener un poco de diversión.


Me quité el condón. Me puse al lado de Andrea, le di un beso con lengua y luego le dije:

—chúpame la polla.—Y como si de una sumisa se tratará Andrea bajó hasta mi polla. Mamá subió y se sentó en mi cara y me dejo disfrutar de su coñito depilado. Rápidamente comenzó a frotar su coño contra mi cara hasta correrse en mi boca y mi nariz. Andrea empezó a acariciar mi polla y a dar lengüetazos.

Estaba a punto de correrme, pero me controlaba. Quería que Andrea disfrutara el placer de sacar la leche de su primo. Ella lamia ahora como si fuera un helado y acariciando cada vez más rápido. Yo me estaba tragando todos los jugos que salían del coño de mamá. Incluso moví mi cabeza y lamí su agujero del culo. Eso le encantó. Lo supe porque embistió su culo hacia abajo y obligándome a meter mi lengua hasta el fondo. Andrea me estaba masturbando más y más rápido con toda su saliva corriendo por mi polla.

Por fin, después de que ellas se hubieran estado corriendo durante casi una hora ahora era mi turno, y la espera valió la pena. Empecé a correrme y un chorro tiro al aire, pero Andrea cubrió mi polla hasta que pudo cubrirla entera y toda mi leche terminó en su boca.

Me relajé y dejé que Andrea me chupara la polla tranquilamente. Yo estaba completamente agotado. Mi madre se quitó de encima de mi boca, y Andrea seguía chupando.

—Prima voy a tener más para mañana. Te lo prometo. Habrá más. Ven aquí y abraza a tu primo y a tu tia. Mamá, vamos a abrazarnos. Sólo quiero amar a mi familia, y apretar un poco vuestras tetas."

Nos tumbamos boca arriba y los tres fundimos nuestros cuerpos desnudos en un abrazo familiar.

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