sábado, 29 de febrero de 2020

Mi cuñada embarazada



Hace un año, me entregaron mi casa nueva, mi esposa se encontraba completamente feliz, era en realidad la casa de nuestro sueño, con grandes áreas verdes, una casa club con terraza y alberca, parque para perros y en una zona en la cual se podía respirar aire limpio, era perfecta para que nuestra pequeña hija de 9 meses pudiera crecer feliz.

En uno de los viajes que realicé llevando algunos muebles y cajas de ropa recibí una llamada de la esposa de mi cuñado, ella tenía 37 semanas de embarazo y la relación con su esposo era buena a medias, a él le encantaba la fiesta, beber en exceso y pasar tiempo con los amigos, en lugar de estar con su pequeña mujer, y en realidad era pequeña, mide aproximadamente 1.58mts. de estatura, de piel bronceada, cabello lacio y por su situación de embarazo, grandes pechos, caderas anchas, una panza algo grande y en general era excelente mujer, muy sociable y de facilidad de palabra.

Conteste el teléfono móvil:

—Hola Araceli, ¿qué tal tu día?, ¿cómo va esa barriga de tu bebe?.

—Hola, mi barriga muy bien, ya muero por conocer a mi bebe hermoso, de echo necesito hablar contigo, ¿estás en tu casa u oficina?

—No Araceli... yo voy llegando a dejar unas cosas en la nueva casa, mi mujer y mi bebé están empacando aun cosas para que pueda traerlas, dime, ¿Necesitas que pase a tu casa o quieres que nos veamos cuando regrese con mi mujer más tarde?

viernes, 28 de febrero de 2020

Mi hija y yo en el ginecólogo



Mi hija Ana no quería ir al ginecólogo, yo cinco días atrás había pedido cita para ella, era su primera vez y entendía que pudiera tener cierto miedo o reparo en que un desconocido la viera desnuda, pero era un trámite de mujer obligatorio.

Ya en la sala de espera no paraba de quejarse.

—Ana, por favor quita ya esa cara de mal humor, todas las mujeres tienen que visitar al ginecólogo, y sobre todo si esa mujer mantiene relaciones sexuales con su novio cada fin de semana.

—Pero mamá…yo estoy bien…no hace falta—decía ella mirándome con cara de odio.

La secretaria interrumpió nuestra pequeña charla. —Ya pueden pasar, el doctor las espera.

—¿El doctor?...perdone pero teníamos cita con la doctora Cibeles.

—Sí, pero la doctora Cibeles no se encuentra, las atenderá el doctor Gómez.

Un tanto preocupada, por que podría ser un poco violento que un doctor examinara a mi hija, nos levantamos y nos dirigimos al box del doctor.

miércoles, 26 de febrero de 2020

Cuatro historias. Cuatro relaciones incestuosas. El principio del placer.


La luz del tren se apagó unos instantes y el chico se sobresaltó.

-Tranquilo, cariño. No pasa nada. Es solo la luz que se ha apagado porque hemos entrado en un túnel.

Enseguida volvió. El chico empezó a temblar. Parecía como si hubiera pasado algo peor que solo un apagón de luz.

La madre posó su mano sobre la de él para tranquilizarle y esto le calmó un poco.

Llevaban ya 4 horas de viaje y era lógico por un lado el cansancio, aunque no los nervios del chico, pero eso es otra historia que luego explicaré.

Media hora más tarde volvieron a entrar en otro túnel, más largo que el anterior. La madre, sentada junto a la ventana, desabrochó la bragueta del pantalón de su hijo y sin decir nada, sacó su pene de los calzoncillos. Lo movió de un lado a otro con su mano izquierda y bajó y subió por su miembro. Luego bajó el prepucio y comenzó a masturbarle.

lunes, 24 de febrero de 2020

Relato erótico completo: No es fácil ser madre.

I

Me llamo Carolina, y contaré como empezó mi relación incestuosa con mi hijo.

Primero me describiré para facilitar la lectura. Soy una mujer de 42 años de edad, morena, pelo negro, alta, y con curvas. Mis tetas aunque algo caída son grandes tengo un grandioso culo. Mi hijo por su parte es un adolescente muy inteligente, y delgado.

Todo empezó cuando mi hijo Pedro al llegar a casa después de clase me contó que su instituto iba a hacer una cena formal madres e hijos y me preguntó si me gustaría ir. Obviamente acepté la invitación, me parecía muy tierno que mi hijo quisiera que fuera con el a aquella cena.

El día de la cena no sabia que ponerme, porque aunque no quería ponerme sexy tampoco quería parecer una monja. Después de un rato buscando en el vestidor y probándome prendas me decidí por un vestido rosa que me llegaba hasta las rodillas, y con un escote no muy sugerente.

Antes de cenar nos hicimos fotos todos juntos, y mi hijo insistió en hacerme una a mí sola. La cena no fue un acto muy interesante, charlas con las madres y poco más.

sábado, 22 de febrero de 2020

Espiando a la puta de mi madre



Cuando yo era aún muy pequeño, mi padre nos abandonó a mí, a mi hermana mayor Nuria, y a mi madre Alba. Empezó una época muy difícil para nosotros. Pues mi madre sola tuvo que hacerse cargo de todos los gastos, pero sin embargo a mi hermana y a mi nunca nos faltó de nada, ni educación, comida, ni nada. Mi madre como podía traía el dinero a casa. Dos años después, yo ya contaba con 14 años y mi hermana con 15, mi madre con mucho esfuerzo consiguió un muy buen puesto de trabajo en una constructora, nos mudamos a un barrio lujoso, y nuestras vidas cambiaron a mejor. Mi madre ya no lloraba por las noches por no saber si podía darnos de comer, ahora mi madre lloraba de alegría cuando viajábamos, o cuando yo o mi hermana necesitábamos unas zapatillas y mi madre no tenia que pedir dinero prestado, ahora íbamos a las mejores tiendas a comprar.

lunes, 3 de febrero de 2020

La monja que se convirtió en puta.



Clara tenía 15 años y vivía con sus padres, su hermana Mariana de 18 y su hermano Abel de 20. Sus hermanos siempre la molestaban con esa tendencia que tuvo desde pequeña hacia la religión, siempre dijo que sería monja, que su vocación religiosa estaba por encima de cualquier cosa y ellos se burlaban, no podían entender como Clara prefería quedarse horas y horas en la parroquia antes de estar jugando con sus amiguitas o sus muñecas.

Sus padres nunca alentaron aquella incipiente vocación, pero tampoco se opusieron, dejaron que las cosas siguieran su curso porque Clara aun era joven y seguramente cambiaría de opinión varias veces antes de alcanzar la madurez de su vida. De todas formas, pasaban los años y ella se aferraba más y más a esa convicción: no faltaba jamás a los grupos de oración adolescentes, participaba en misiones comunitarias, viajaba a diferentes puntos del país con gente de la parroquia y era la mano derecha de la hermana superiora de su colegio en lo que a la organización de estas tareas se refería.

domingo, 2 de febrero de 2020

El Diario de Lorena



Sonó el timbre que daba por finalizada las clases y Lorena con prisas cogió su mochila rumbo a su casa. Pero antes de salir del instituto pasó por el baño. Tenia el pelo hecho un adefesio por culpa del director.

Entró en el baño y se puso enfrente del espejo observando su despeinado cabello y dándose cuenta de que aún en la comisura de los labios, y el pelo tenía aún restos del semen que el director le había echado encima. Frente al espejo, cogió con la palma de su mano agua de grifo y empezó a limpiarse cuanto podía el pelo, al igual que la cara. Bajó un poco su falda para estirar la camisa del colegio y sin pensarlo pasó su mano por su entrepierna rozando sin querer su todavía virgen coño. Sentía calor y algo de adrenalina, nunca se había rozado o tocado en esa parte de su cuerpo, era algo nuevo para ella. Al instante el recuerdo del director y de lo que había pasado inundó su mente, y quiso volver a sentir lo que había sentido cuando el empezó a tocar su parte más íntima, cerró sus ojos y dejo que su mano y su imaginación la hicieran sentir aquello que nunca antes había sentido pero que era lo más placentero sin duda.

No es fácil ser madre: FINAL

Parte 1:https://mr-taboo.blogspot.com/2020/01/no-es-facil-ser-madre.html
Parte 2:https://mr-taboo.blogspot.com/2020/01/no-es-facil-ser-madre-continuacion.html


3

Mi hermana tenía pruebas.

Dos años atrás, unos ladrones habían entrado a casa de mi hermana y habían robado, dejando a mi hermana con el miedo dentro del cuerpo, y por esta razón decidió contratar una empresa de seguridad que le instaló entre otras cosas una cámara de seguridad de la cual yo desconocía su existencia.

Aquél mensaje recibido de mi hermana me heló la sangre, esto había llegado demasiado lejos, todo se desmoronaba. Durante las dos siguientes semanas no era capaz casi ni de hablar o mirar a los ojos a mi hijo Pedro. No sentía vergüenza, sentía miedo de lo que podría pasar, el lo notaba y cada día me preguntaba si estaba bien, yo me limitaba a responderle con un escueto —Sí.

Sabía que extrañaba a su madre, acariciarla, besarla, chuparla, follarla, lo sé por que yo también le extrañaba, pero no podía dejar de sentirme en todo momento observada. Cada vez que me llegaba un mensaje me asustaba, cada vez que a mi marido le llegaba un mensaje se me erizaba la piel.

Sexo con mi sobrino



Soy una mujer cerca de los 40, si bien dicen que esta edad, supone un cambio en muchos aspectos y según algunas mujeres, a partir de esa edad, empezamos a ser invisibles para el resto de los mortales. Creo que es una idea equivocada, y me quedo más con la afirmación de Pitbull ‘Los cuarenta son los segundos treinta, eso sí con bastante más sabiduría’.

Cada vez somos más las mujeres maduras que preferimos hombres jóvenes, no es que necesitemos estar con alguien de poca edad para sentirnos divinas. Chicas seamos sinceras, los tíos a medida que avanza en edad, se vuelven más pesados y empiezan a crecer de forma horizontal, al más puro estilo de Homer Simpson. Así que sí, sinceramente me considero una mujer madura que busca sexo con un chico joven.

El hecho de que solo puedan hacer una cosa a la vez, les hace atrofiarse con el paso del tiempo, así que salvo honrosas excepciones, prefiero los ‘yogurines’, sobre todo desde que seduce a mi sobrino de tan solo 17 años. Un incesto entre tía y sobrino en toda regla.

Anal con la madre de mi mejor amigo



Estaba muy contento porque era mi primera fiesta de Nochevieja. Tenía 17 años y por fin mis padres me dejaban ir solo a una de esas fiestas en la que no se duerme. Había quedado con mi amigo Luis para irnos juntos a la discoteca por lo que me dirigí a su casa.

Llegue sobre las 1,30 h y me abrió su madre, me dijo que Luis iba a tardar un poco, que había ido a casa de unos vecinos a felicitar el año nuevo. La madre de Luis me invitó a que entrara y le esperara allí. Joder la madre estaba de impresión, llevaba un vestido de noche que quitaba el hipo. Supongo que ella también saldría de fiesta. Noté como mi polla se ponía tiesa, lo estaba pasando mal porque no quería que la madre notara eso. Estaba imaginándome que…Follarme a la madre de mi amigo..No,no, me parecía algo muy fuerte.

Bukkake en el trabajo



Hacía tiempo que estaba aburrida de Juan, mi pareja. Aunque el sexo era increíble con él, no podía parar de ver tíos por la calle y imaginándomelos en grupo... Me fui dando cuenta que con los años mis gustos habían cambiado. Me fijaba sobretodo en los más jóvenes, adolescentes de instituto que podrían ser mis hijos. ¡Qué fuerte decirlo, pero así eran mis fantasías sexuales! La idea de tener a unos cuantos a la vez me ponía enferma y esa idea tan descabellada empezó a surgir en mi trabajo. Cada día me imaginaba a mis compañeros enfundados en esos monos azules tan masculinos…. Haciéndome un increíble bukake.

sábado, 1 de febrero de 2020

Diario de una joven puta


Sonó el timbre que daba por finalizada las clases y Lorena con prisas cogió su mochila rumbo a su casa. Pero antes de salir del instituto pasó por el baño. Tenia el pelo hecho un adefesio por culpa del director.

Entró en el baño y se puso enfrente del espejo observando su despeinado cabello y dándose cuenta de que aún en la comisura de los labios, y el pelo tenía aún restos del semen que el director le había echado encima. Frente al espejo, cogió con la palma de su mano agua de grifo y empezó a limpiarse cuanto podía el pelo, al igual que la cara. Bajó un poco su falda para estirar la camisa del colegio y sin pensarlo pasó su mano por su entrepierna rozando sin querer su todavía virgen coño.