III
En aquél video se mostraba como yo arrodillado recibía la
lluvia dorada y Amanda la mia. Como follábamos y como nos corríamos juntos.
Pero nunca hubiéramos imaginado quien no había grabado.
Al terminar las clases Amanda y yo fuimos hacia un parque
cercano al colegio para hablar. Llegamos a un banco y yo me senté.
—¿Quién no habrá grabado? ¿Viste a alguien antes de entrar
al baño?— Me preguntaba Amanda visiblemente muy asustada.
—No, no había nadie.
—¿Y después de ti nadie de la clase salió?
—No…nadie.
—Tengo miedo.
—Lo sé, pero si, sea quien sea, hubiera querido subirlo ya
estaría en internet y lo ha habría visto todo el mundo. Esperemos a ver que
pasa. — contesté yo en un afán de tranquilizarla.
—Pues tienes razón…
Amanda se sentó encima de mis piernas.
—Pero hasta que sepamos algo…podemos seguir disfrutando…¿no?—y
empezó a besarme.
Ella acariciaba mi rostro y mi pelo mientras su lengua
jugueteaba con la mía. Mis manos empezaron a agarrar su culo. Y mi polla fue poniéndose dura. Y aunque no
mucha gente pasaba por allí si que pasaba alguna persona, pero esto me ponía
aún más cachondo y a Amanda también. Ella rozaba sus bragas con mi pantalón,
aprovechando que llevaba falda.
Gemía cerca de mi oído, yo la besaba el cuello. Sus manos se
dirigieron a mi cinturón y lo desabrochó. Del interior de mi pantalón sacó mi
polla, con su mano derecha la rodeó agarrándola con fuerza y empezó a subir y a
bajar. Yo gemía y ella me miraba a los ojos con lujuria. Con su mano izquierda
deslizó hacia un lado su tanga, y con la derecha puso mi polla en la entrada de
su coño. Y mirándome a los ojos se sentó en mi polla, introduciéndola hasta el
fondo de su coño. Un pequeño gemido salió de las bocas de ambos. Y lentamente
empezó a subir y a bajar. Sentía como su coño mojado iba empapando todo mi
pantalón pero me daba igual, estaba en una excitación extrema en la que todo me
daba igual con tal de seguir disfrutando. Después de cinco minutos de Amanda
estar dándome sentones en la polla la avisé que me corría pero no dijo nada,
siguió subiendo y bajando, y unos segundos después mi polla expulso mi leche
llenando todo el interior de Amanda. Ella al sentirlo me sonrió y con mucha
delicadeza siguió subiendo y bajando. Se quitó de encima mía, me dio un beso y
dijo:
—seguimos hablando.
Y tambaleando su precioso culo se fue alejando de mí.
IV
Llegamos a clase, hacía frío, nos sentamos y empezamos a
escuchar las lecciones de todos los profesores. Amanda y yo estábamos pendientes
de nuestros móviles, pero ningún mensaje llegaba. Llegó la última hora con la
profesora de tecnología, la profesora María. La clase pasó sin más. El timbre
sonó y todos nos levantamos poniéndonos nuestras mochilas a nuestras espaldas.
Pero antes de salir la profesora María dijo en voz alta:
—Amanda y Donovan, no os vayáis, tenemos que hablar.
Amanda y yo nos paramos en seco. ¿Qué querría hablar con
nosotros? ¿Le habrán enviado el video? Mientras nos íbamos acercando a ella le
dije a Amanda en voz baja:—Tal vez sólo sea que nos va a mandar un trabajo, no
te preocupes.
—Cerrad la puerta porfavor. —dijo la profesora.
María estaba sentada en la mesa grande de profesor. Y Amanda
y yo de pie frente a ella.
—Amanda, ¿qué tal te están tratando en este nuevo colegio?
—Donovan…¿la estás tratando bien?
—Sí María.
—Ya veo, ya vi la bienvenida que le diste ayer—dijo mientras
sacaba su móvil de su bolso y lo ponía encima de la mesa.
—No sabemos a que te refieres—dijimos Amanda y yo al unísono.
—Ah ¿no?— María cogió su móvil, lo desbloqueo y empezó a toquetear
la pantalla.
Mi móvil y el de Amanda sonó, acabamos de recibir un mensaje
del mismo número que nos envió el día anterior el video. El mensaje decía:’’Bonita
bienvenida’’
Miramos a María y nos sonrió.
—Chicos…este video no va a salir de aquí, pero mi silencio
tiene un precio—dijo María y se levantó dirigiéndose a la puerta de clase,
metió la llave en la cerradura y la giró, dejándonos encerrados a Amanda y a mi
con ella.
Se giró. Nos miró, y empezó a caminar lentamente hacía
nosotros sin dejar de mirarnos, mientras iba desabrochando, botón a botón su
camisa púrpura, permitiéndonos ver su sujetador negro. Tenía unas grandes
tetas, y el pecho lleno de pecas. Se posicionó enfrente de nosotros y con su
mano derecha acarició mi pelo y con la izquierda el pelo de Amanda mientras sonreía.
—Si vosotros me hacéis feliz…yo podré guardar vuestro
pequeño secreto.— Se quitó la camisa, echo sus manos hacía su espalda y se desabrochó
el sujetador, y lo dejó caer dejando al aire sus grandes tetas. Cogió nuestras
cabezas y las acercó a sus tetas. Dejamos caer las mochilas al suelo y nos dejamos
guiar por las manos de la profesora. Empezamos a chupar sus enormes tetas, y
sus pezones pequeños pero erectos. Sus manos empezaron abajar por nuestro
cuerpo mientras nos acariciaba, hasta llegar a nuestra entrepierna. Desabrochó
con una sola mano y mucha habilidad mi cinturón a la vez que bajaba mi
bragueta, y mis pantalones iban cayendo hasta mis rodillas. Con la otra mano, desabrochó
el pantalón de Amanda y este cayó.
Por encima de nuestra
ropa interior empezó a acariciar mi polla y el coño de Amanda. Amanda se atrevió
y desabrochó el pantalón de la profesora, bajándoselo junto a su tanga, mi
mirada cayó y se fijo en la entrepierna de María, tenía vello púbico en
abundancia pero recortado.
Amanda introdujo dos dedos dentro del coño de María, de su
boca salió un gran gemido. Amanda agarró mi mano y la dirigió al coño de la
profesora, acaricié y jugué con su vello púbico, antes de meter dos dedos y
empezar a penetrarla con ellos. Amanda volvió a coger mi mano y se la llevó a
la boca, chupando mis dedos con sabor al coño de la profesora María. Y mi besó.
El sabor de coño de María era algo fuerte pero muy sabroso.
María me empujo contra la mesa y quede sentado en ella. Se
acerco, me bajó la ropa interior y mi polla que ya estaba más dura que una piedra
sintió el aire de la libertad. María agarró mi polla y regalándome una sonrisa
dirigió su boca a ella y empezó a chupármela. Amanda me miraba y me sonreía, y
puso detrás del culo de María. Abrió sus nalgas y empezó a hacerle un beso
negro a la profe, le estaba gustando ya que mientras Amanda le comía el culo,
María aumentaba la velocidad, la fuerza y la saliva mientras me la chupaba. Amanda
le dio un azote en el culo, y de la boca de María salió un grito de placer.
—Cariño—dirigiéndose a Amanda—¿quieres chupar un poquito de
polla?
—mmmm sí…
María se levantó, y me besó. Amanda agarró mi polla y comenzó
a chupármela como solo ella sabía hacer. María me empujo hacía atrás, dejándome
totalmente tumbado en la mesa de profesor, pero era pequeña y mi cabeza quedó
colgando, pero eso no fue un problema, María lo aprovechó y se posicionó con
las piernas abiertas encima de mi boca agarrando mi cabeza con las dos manos y mirándome
fijamente a los ojos. Empecé a comer su coño, disfrutando de aquél olor a sudor,
característico del vello púbico, mezclado con el olor a su flujo, introduje mi
lengua, metiéndola tan al fondo como podía, mientras sentía como Amanda apretaba
mis huevos y se metía mi polla hasta el fondo, haciéndome una buena mamada
profunda. No pude aguantar más y de mi polla empezaron a salir chorros de
semen, los cuales Amanda no dejó desperdiciar y los tragó todos.
Mirándome a los ojos mi profesora dijo:—Oh…¿Donovan te has
corrido ya?...pues tenemos que hacer algo para que vuelva a ponerse firme.
Se quitó de encima de mi boca, agarró a Amanda y empezó a
besar mientras los dedos de la mano de Amanda jugaban entrando y saliendo del
coño de la profesora, y los dedos de la mano de la profesora penetraban el coño
de Amanda.
María cogió de los pelos a Amanda con fuerza y dominación, y
la ordenó ponerse de rodillas, Amanda obedeció, y empezó a comerse el coño de
María mientras esta cogía su cabeza y caso la ahogaba con su coño.
Mi polla volvió a ponerse firme y María se dio cuenta.
—Es hora de que me folles—dijo mirándome con una sonrisa
picarona. Ordenó a Amanda a acostarse en el suelo con las piernas abiertas, María
se puso de rodillas y me ordenó que la follara. La profesora acercó su boca al
coño de María y empezó a lamerlo mientras introducía dos dedos, Amanda se agarrabas
las tetas y se pellizcaba los pezones. Yo me puse detrás de mi profesora, y sin
avisar y sin ningún tipo de piedad metí mi polla en su culo, ella gritó. Un grito
que seguro había sido oído en todo el colegio, pero no era mi problema, y
empecé a follarla. Entraba y salía de su coño, ella jadeaba y comía el coño a
Amanda, y Amanda gemía y disfrutaba del momento con los ojos cerrados. Después
de unos minutos de estar penetrando a mi profesora por el culo, ella me ordenó
que parara. Se levantó y cogió por los pelos Amanda y la acostó en la mesa con
las piernas abiertas.
—Quiero veros follar.
Obedecí, puse mi polla en la entrada del coño de Amanda y
empecé a metérsela, poco a poco fui aumentando la velocidad y la fuerza hasta
que Amanda estaba gritando y gimiendo como una perra, mis huevos empezaban a
dolerme por los golpes que daba a sus nalgas cada vez que la embestía, y mi
profesora acariciaba nuestros cuerpos con su lengua, lamía nuestros pezones y
los mordía. Mi corrida estaba próxima, así avisé.
—Córrete dentro—dijeron casi a la vez Amanda y María. Seguí
embistiendo hasta sentir como mi leche empezaba a salir y rellenar el coño de Amanda.
María me empujó hacía atrás y se arrodillo frente al coño lechoso de Amanda y
comenzó comerse el coño disfrutando de mi leche. Después se levantó, y con toda
mi leche en su boca empezó a besar Amanda intercambiando sus flujos y mi semen.
Nos vestimos, y Amanda y yo nos dirigimos hacía la puerta,
contentos por haber hecho un trio con nuestra profesora y también contentos por
saber que aquél video no se haría público.
Al día siguiente la profesora María no acudió a clase, y
tampoco los días posteriores, a mitad de curso llegó un nuevo profesor y de
María no volvimos a saber nada.
Amanda y yo nos hicimos novios y seguimos follando hasta que
a mediados de curso también, su padre fue trasladado a otro país y toda su
familia, con Amanda incluida, y se mudaron.
Los años pasaron y Amanda nunca más se puso contacto
conmigo, y yo tampoco hice el esfuerzo de ponerme en contacto con ella, si ella
no quería no la iba a molestar.
Pasé por la universidad. Me saqué la carrera. Empecé a trabajar.
Me casé tuve hijos, pero hace una semana recibí un correo electrónico.
‘’Nunca me olvidé de nuestro romance, vuelvo a la ciudad, ¿te
gustaría que nos viéramos para recordar los viejos tiempos?
Firmado: Luna Escarlata.’’
FIN
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