lunes, 2 de marzo de 2020

Luna Escarlata: Capítulo 3


III

En aquél video se mostraba como yo arrodillado recibía la lluvia dorada y Amanda la mia. Como follábamos y como nos corríamos juntos. Pero nunca hubiéramos imaginado quien no había grabado.

Al terminar las clases Amanda y yo fuimos hacia un parque cercano al colegio para hablar. Llegamos a un banco y yo me senté.

—¿Quién no habrá grabado? ¿Viste a alguien antes de entrar al baño?— Me preguntaba Amanda visiblemente muy asustada.

—No, no había nadie.

—¿Y después de ti nadie de la clase salió?

—No…nadie.

—Tengo miedo.

—Lo sé, pero si, sea quien sea, hubiera querido subirlo ya estaría en internet y lo ha habría visto todo el mundo. Esperemos a ver que pasa. — contesté yo en un afán de tranquilizarla.

—Pues tienes razón…

Amanda se sentó encima de mis piernas.

—Pero hasta que sepamos algo…podemos seguir disfrutando…¿no?—y empezó a besarme.

Ella acariciaba mi rostro y mi pelo mientras su lengua jugueteaba con la mía. Mis manos empezaron a agarrar su culo.  Y mi polla fue poniéndose dura. Y aunque no mucha gente pasaba por allí si que pasaba alguna persona, pero esto me ponía aún más cachondo y a Amanda también. Ella rozaba sus bragas con mi pantalón, aprovechando que llevaba falda.
Gemía cerca de mi oído, yo la besaba el cuello. Sus manos se dirigieron a mi cinturón y lo desabrochó. Del interior de mi pantalón sacó mi polla, con su mano derecha la rodeó agarrándola con fuerza y empezó a subir y a bajar. Yo gemía y ella me miraba a los ojos con lujuria. Con su mano izquierda deslizó hacia un lado su tanga, y con la derecha puso mi polla en la entrada de su coño. Y mirándome a los ojos se sentó en mi polla, introduciéndola hasta el fondo de su coño. Un pequeño gemido salió de las bocas de ambos. Y lentamente empezó a subir y a bajar. Sentía como su coño mojado iba empapando todo mi pantalón pero me daba igual, estaba en una excitación extrema en la que todo me daba igual con tal de seguir disfrutando. Después de cinco minutos de Amanda estar dándome sentones en la polla la avisé que me corría pero no dijo nada, siguió subiendo y bajando, y unos segundos después mi polla expulso mi leche llenando todo el interior de Amanda. Ella al sentirlo me sonrió y con mucha delicadeza siguió subiendo y bajando. Se quitó de encima mía, me dio un beso y dijo:
—seguimos hablando.

Y tambaleando su precioso culo se fue alejando de mí.


IV
Llegamos a clase, hacía frío, nos sentamos y empezamos a escuchar las lecciones de todos los profesores. Amanda y yo estábamos pendientes de nuestros móviles, pero ningún mensaje llegaba. Llegó la última hora con la profesora de tecnología, la profesora María. La clase pasó sin más. El timbre sonó y todos nos levantamos poniéndonos nuestras mochilas a nuestras espaldas. Pero antes de salir la profesora María dijo en voz alta:

—Amanda y Donovan, no os vayáis, tenemos que hablar.

Amanda y yo nos paramos en seco. ¿Qué querría hablar con nosotros? ¿Le habrán enviado el video? Mientras nos íbamos acercando a ella le dije a Amanda en voz baja:—Tal vez sólo sea que nos va a mandar un trabajo, no te preocupes.

—Cerrad la puerta porfavor. —dijo la profesora.

María estaba sentada en la mesa grande de profesor. Y Amanda y yo de pie frente a ella.

—Amanda, ¿qué tal te están tratando en este nuevo colegio?

—Donovan…¿la estás tratando bien?

—Sí María.

—Ya veo, ya vi la bienvenida que le diste ayer—dijo mientras sacaba su móvil de su bolso y lo ponía encima de la mesa.

—No sabemos a que te refieres—dijimos Amanda y yo al unísono.

—Ah ¿no?— María cogió su móvil, lo desbloqueo y empezó a toquetear la pantalla.

Mi móvil y el de Amanda sonó, acabamos de recibir un mensaje del mismo número que nos envió el día anterior el video. El mensaje decía:’’Bonita bienvenida’’

Miramos a María y nos sonrió.

—Chicos…este video no va a salir de aquí, pero mi silencio tiene un precio—dijo María y se levantó dirigiéndose a la puerta de clase, metió la llave en la cerradura y la giró, dejándonos encerrados a Amanda y a mi con ella.

Se giró. Nos miró, y empezó a caminar lentamente hacía nosotros sin dejar de mirarnos, mientras iba desabrochando, botón a botón su camisa púrpura, permitiéndonos ver su sujetador negro. Tenía unas grandes tetas, y el pecho lleno de pecas. Se posicionó enfrente de nosotros y con su mano derecha acarició mi pelo y con la izquierda el pelo de Amanda mientras sonreía.

—Si vosotros me hacéis feliz…yo podré guardar vuestro pequeño secreto.— Se quitó la camisa, echo sus manos hacía su espalda y se desabrochó el sujetador, y lo dejó caer dejando al aire sus grandes tetas. Cogió nuestras cabezas y las acercó a sus tetas. Dejamos caer las mochilas al suelo y nos dejamos guiar por las manos de la profesora. Empezamos a chupar sus enormes tetas, y sus pezones pequeños pero erectos. Sus manos empezaron abajar por nuestro cuerpo mientras nos acariciaba, hasta llegar a nuestra entrepierna. Desabrochó con una sola mano y mucha habilidad mi cinturón a la vez que bajaba mi bragueta, y mis pantalones iban cayendo hasta mis rodillas. Con la otra mano, desabrochó el pantalón de Amanda y este cayó.
 Por encima de nuestra ropa interior empezó a acariciar mi polla y el coño de Amanda. Amanda se atrevió y desabrochó el pantalón de la profesora, bajándoselo junto a su tanga, mi mirada cayó y se fijo en la entrepierna de María, tenía vello púbico en abundancia pero recortado.

Amanda introdujo dos dedos dentro del coño de María, de su boca salió un gran gemido. Amanda agarró mi mano y la dirigió al coño de la profesora, acaricié y jugué con su vello púbico, antes de meter dos dedos y empezar a penetrarla con ellos. Amanda volvió a coger mi mano y se la llevó a la boca, chupando mis dedos con sabor al coño de la profesora María. Y mi besó. El sabor de coño de María era algo fuerte pero muy sabroso.

María me empujo contra la mesa y quede sentado en ella. Se acerco, me bajó la ropa interior y mi polla que ya estaba más dura que una piedra sintió el aire de la libertad. María agarró mi polla y regalándome una sonrisa dirigió su boca a ella y empezó a chupármela. Amanda me miraba y me sonreía, y puso detrás del culo de María. Abrió sus nalgas y empezó a hacerle un beso negro a la profe, le estaba gustando ya que mientras Amanda le comía el culo, María aumentaba la velocidad, la fuerza y la saliva mientras me la chupaba. Amanda le dio un azote en el culo, y de la boca de María salió un grito de placer.

—Cariño—dirigiéndose a Amanda—¿quieres chupar un poquito de polla?

—mmmm sí…

María se levantó, y me besó. Amanda agarró mi polla y comenzó a chupármela como solo ella sabía hacer. María me empujo hacía atrás, dejándome totalmente tumbado en la mesa de profesor, pero era pequeña y mi cabeza quedó colgando, pero eso no fue un problema, María lo aprovechó y se posicionó con las piernas abiertas encima de mi boca agarrando mi cabeza con las dos manos y mirándome fijamente a los ojos. Empecé a comer su coño, disfrutando de aquél olor a sudor, característico del vello púbico, mezclado con el olor a su flujo, introduje mi lengua, metiéndola tan al fondo como podía, mientras sentía como Amanda apretaba mis huevos y se metía mi polla hasta el fondo, haciéndome una buena mamada profunda. No pude aguantar más y de mi polla empezaron a salir chorros de semen, los cuales Amanda no dejó desperdiciar y los tragó todos.

Mirándome a los ojos mi profesora dijo:—Oh…¿Donovan te has corrido ya?...pues tenemos que hacer algo para que vuelva a ponerse firme.

Se quitó de encima de mi boca, agarró a Amanda y empezó a besar mientras los dedos de la mano de Amanda jugaban entrando y saliendo del coño de la profesora, y los dedos de la mano de la profesora penetraban el coño de Amanda.

María cogió de los pelos a Amanda con fuerza y dominación, y la ordenó ponerse de rodillas, Amanda obedeció, y empezó a comerse el coño de María mientras esta cogía su cabeza y caso la ahogaba con su coño.

Mi polla volvió a ponerse firme y María se dio cuenta.

—Es hora de que me folles—dijo mirándome con una sonrisa picarona. Ordenó a Amanda a acostarse en el suelo con las piernas abiertas, María se puso de rodillas y me ordenó que la follara. La profesora acercó su boca al coño de María y empezó a lamerlo mientras introducía dos dedos, Amanda se agarrabas las tetas y se pellizcaba los pezones. Yo me puse detrás de mi profesora, y sin avisar y sin ningún tipo de piedad metí mi polla en su culo, ella gritó. Un grito que seguro había sido oído en todo el colegio, pero no era mi problema, y empecé a follarla. Entraba y salía de su coño, ella jadeaba y comía el coño a Amanda, y Amanda gemía y disfrutaba del momento con los ojos cerrados. Después de unos minutos de estar penetrando a mi profesora por el culo, ella me ordenó que parara. Se levantó y cogió por los pelos Amanda y la acostó en la mesa con las piernas abiertas.

—Quiero veros follar.

Obedecí, puse mi polla en la entrada del coño de Amanda y empecé a metérsela, poco a poco fui aumentando la velocidad y la fuerza hasta que Amanda estaba gritando y gimiendo como una perra, mis huevos empezaban a dolerme por los golpes que daba a sus nalgas cada vez que la embestía, y mi profesora acariciaba nuestros cuerpos con su lengua, lamía nuestros pezones y los mordía. Mi corrida estaba próxima, así avisé.

—Córrete dentro—dijeron casi a la vez Amanda y María. Seguí embistiendo hasta sentir como mi leche empezaba a salir y rellenar el coño de Amanda. María me empujó hacía atrás y se arrodillo frente al coño lechoso de Amanda y comenzó comerse el coño disfrutando de mi leche. Después se levantó, y con toda mi leche en su boca empezó a besar Amanda intercambiando sus flujos y mi semen.

Nos vestimos, y Amanda y yo nos dirigimos hacía la puerta, contentos por haber hecho un trio con nuestra profesora y también contentos por saber que aquél video no se haría público.

Al día siguiente la profesora María no acudió a clase, y tampoco los días posteriores, a mitad de curso llegó un nuevo profesor y de María no volvimos a saber nada.

Amanda y yo nos hicimos novios y seguimos follando hasta que a mediados de curso también, su padre fue trasladado a otro país y toda su familia, con Amanda incluida, y se mudaron.

Los años pasaron y Amanda nunca más se puso contacto conmigo, y yo tampoco hice el esfuerzo de ponerme en contacto con ella, si ella no quería no la iba a molestar.

Pasé por la universidad. Me saqué la carrera. Empecé a trabajar. Me casé tuve hijos, pero hace una semana recibí un correo electrónico.

‘’Nunca me olvidé de nuestro romance, vuelvo a la ciudad, ¿te gustaría que nos viéramos para recordar los viejos tiempos?

Firmado: Luna Escarlata.’’


FIN

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