Sexo, fantasías, erotismo, morbo y tabú. Soy un escritor de relatos eróticos amante de sus obras y de la sensualidad del sexo. Espero que mis historias sean de tu agrado, y que te saquen algo más que una sonrisa. Y que si te gusta mi obra te quedes para que disfrutemos juntos. Bienvenid@. Siempre dispuesto a recibir críticas e ideas. Email: mr.sr.taboo@gmail.com
domingo, 2 de febrero de 2020
El Diario de Lorena
Sonó el timbre que daba por finalizada las clases y Lorena con prisas cogió su mochila rumbo a su casa. Pero antes de salir del instituto pasó por el baño. Tenia el pelo hecho un adefesio por culpa del director.
Entró en el baño y se puso enfrente del espejo observando su despeinado cabello y dándose cuenta de que aún en la comisura de los labios, y el pelo tenía aún restos del semen que el director le había echado encima. Frente al espejo, cogió con la palma de su mano agua de grifo y empezó a limpiarse cuanto podía el pelo, al igual que la cara. Bajó un poco su falda para estirar la camisa del colegio y sin pensarlo pasó su mano por su entrepierna rozando sin querer su todavía virgen coño. Sentía calor y algo de adrenalina, nunca se había rozado o tocado en esa parte de su cuerpo, era algo nuevo para ella. Al instante el recuerdo del director y de lo que había pasado inundó su mente, y quiso volver a sentir lo que había sentido cuando el empezó a tocar su parte más íntima, cerró sus ojos y dejo que su mano y su imaginación la hicieran sentir aquello que nunca antes había sentido pero que era lo más placentero sin duda.
Su falda cayó lentamente al suelo, y comenzó a acariciarse por encima de su braga rosa, pero quería más, eso no le era suficiente. Apartó la braga y empezó a acariciarse piel con piel. Recordó como lo había hecho el director y empezó a meter un dedo en el interior de su coño, era una sensación casi apoteósica, nunca había sentido eso. Y tenía la tranquilidad de que nadie parecía estar ya en el instituto, no se oía ni un alma. Allí seguía Lorena, con dos de sus dedos entrando y saliendo por su coño y gimiendo. Seguía recordando las manos del director, su manos gruesas y ásperas que había acariciado sus tetas, y con caricias había bajado hasta su coño, haciéndola derretirse de placer.
En ese mismo momento, el conserje del instituto, un hombre que rondaba ya lo sesenta años de edad, hacía su ronda diaria. No era un hombre nada atractivo, era calvo y con barriga cervecera, y en la cara tenía una gran cicatriz, hecho que le había hecho ganarse sin sentido alguno el apodo del hombre sapo entre los alumnos del centro.
Revisó todas y cada una de las aulas por si quedaba algún alumno. Y después se dirigió hacia los baños. Entró en el de chicos, revisó cada no de los espacios del baño, y se dirigió hacía los de chicas. Antes de entrar escuchó ruidos extraños, parecían gemidos, su boca formó una sonrisa irónica, pensaba que estarían un par de alumnos haciendo travesuras y aparte de poder mirar podía gritarles y hasta expulsarles. Cuando abrió la puerta se encontró a Lorena enfrente del espejo, con la falda por los tobillos, y su mano derecha acariciando su coño.
No quiso hacer ruido, no esperaba encontrarse eso, Lorena seguía con los ojos cerrados sin percatarse de la presencia de aquel depravado.
El conserje con mucho cuidado entró al baño y cerró la puerta despacio. Se sacó su polla de dieciocho centímetros y comenzó a masturbarse disfrutando de aquel espectáculo que la alumna le estaba ofreciendo. Cinco minutos pasaron hasta que el conserje no pudo aguantar lo cachondo y se empezó a acercar poco a poco a Lorena sin parar de masturbarse. Cogió a la chica por la cintura, Lorena reaccionó y despertó del trance en el que se encontraba. Sus ojos se abrieron como platos, y por el reflejo del espejo vio que quien la había agarrado era cara de sapo.
—Suélteme por favor o gritaré—dijo Lorena bastante asustada y apunto de llorar.
Pero cara de sapo sabia que no había nadie en el instituto, solo él y Lorena. Así que hizo caso omiso a la petición de Lorena, y agarrando con más fuerza su cintura acercó su polla al cuerpo de la alumna. —Grita si quieres, estamos solos.
Con una sonrisa en su casa el conserje la miro de arriba y abajo através del espejo y dijo:
—¿Quieres que todos se enteren de lo que haces en los baños cuando nadie mira? ¿quieres que tus padres sepan lo guarra que es su hija?.
Lorena agachó la mirada, y con una voz calmada dijo:—No…seguro que podemos llegar a un acuerdo ¿verdad?.
Lorena se dio media vuelta, quedando frente a frente con el conserje. El con su mirada le indicó que quería que le chupara la polla. Lorena sonriendo y mordiéndose una uña en tono de inocencia dijo: —No sé a que se refiere—pero claro que lo sabía, horas antes se lo había hecho al director. Y tanto ella como el director había quedado bastantes satisfechos con el resultado.
—Agáchate.
Lorena despacio se fue poniendo de rodillas hasta quedar a la altura de la polla del conserje. Notó que no era más larga que la del director, pero si más gorda. Y le gustaba lo que veía. Cogió esa polla con sus dos manos y empezó a moverlas, cubriendo y descubriendo el glande.
Dio un lengüetazo al glande y cara de sapo gimió. Intentó metérsela a la boca pero no le cabía, el conserje sin reparó empujo, abriendo la boca y los labios de Lorena casi provocándole una descolocación mandibular. Lorena sentía como se ahogaba, pero esa sensación de sumisión no podía gustarle más, y con su mano derecha mientras el conserje metía y sacaba su polla, Lorena le acariciaba los huevos. El conserje metía su polla cada vez más afondo de la garganta de Lorena, empezó a tener arcadas. Lorena como puso se sacó esa gorda polla de la boca y empezó a lamerla, hasta llegar a los huevos, los cuales empezó a lamer y chupar, se los metía en la boca, jugaba con ellos mientras su mano derecha masturbaba la polla. Tras unos minutos, el conserje agarró a Lorena por los pelos y volvió a introducir su polla en la boca de la chuca, esta vez con más rapidez y más fuerza. Lorena sentía la polla entrar y salir, le provocaba arcadas, y de repente sintió como de la punta del miembro del conserje salió un primer chorro de semen que entró directamente por su garganta, un segundo chorro que quedó en su boca, y por las arcadas que estaba teniendo por el primer chorro, tuvo que sacarse la polla de la boca, y los siguientes chorros cayeron en sus labios y su cara. Lorena volvió a chupar la polla para dejarla limpia, mientras esta iba perdiendo fuerza hasta quedarse totalmente flácida.
Se puso de pie, pero para el conserje esa mamada no había sido suficiente. Empezó a acariciarla. Lorena intentaba zafarse pero no lo conseguía, aquel hombre pesaba tres veces lo que ella y le sacaba dos cabezas de altura. El conserje la giró y la puso cara a cara con el espejo, empezó a besar el cuello de Lorena, mientras sus manos acariciaban y agarraban aquellas tetas jóvenes por dentro de la camisa, fue bajando hasta empezar a acariciar su coño por encima de la ropa interior, Lorena estaba muy caliente, no quería que el conserje parara, y así se lo demostró bajándose ella misma su ropa interior y abriendo sus piernas todo lo que podía para que cara de sapo la masturbara. El conserje empezó a introducir sus dedos en el coño mojado de Lorena. Lorena gemía, y le pedía más, el conserje con su polla otra vez dura seguía follando con sus dedos el coño de la joven, mientras rozaba su polla e la entrepierna de Lorena, rozando su coño y su culo, pero sin penetrar, tras unos minutos ambos sumidos en el placer, de la polla del conserje salieron cinco chorros de semen de nuevo, y Lorena llegó al orgasmo.
El conserje se guardó su polla flácida y Lorena se subió su ropa interior, se bajó la falda y metió la camisa por dentro de la falda. Cara de sapo le dio un beso en los labios y le dijo:—Mañana aquí a la misma hora.— y silbando salió del baño y desapareció entre los pasillos del instituto.
Este es el principio de una idea para un posible ebook. Si os gusta hacedemelo saber en los comentarios, muchas gracias.
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Sí. Me gustó bastante la historia. Espero que la segunda parte contenga una acción más completa y con más detalles. Saludos y pronto la continuación.
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